miércoles, 7 de septiembre de 2022

Mi Amante Furtiva

 


MI AMANTE FURTIVA (Notas al Margen #2)

Por José R. Bourget Tactuk (6 de septiembre, 2022)

Te encontré colgada en un cocotero, tus senos abiertos y abundantes bañaban mi piel como El Balatá un domingo de mañana.  Tus besos, dulces, lentos, abundantes, parecían ser reflejo del universo de estrellas que nos cubría.  Era una noche eterna.

Te conocí como por arte de magia, un encuentro furtivo, escondido y curioso en Calo Lima.  Estabas, más que nada, repleta de deseos secretos, como la sonrisa escondida después de aquel beso en Playa Encuentro, la playa de los amantes que caminan por Bonita como si fuera un sendero sin fin.  Ni tú ni yo dijimos palabras, pero la carne explotaba con discursos de imágenes ardientes y sudorosas.  

Aunque primero estabas a cuatro brazos de distancia, sentía tu latir como si estuvieras encima de mi, como aquella cueva en La Jagua de la que casi no pude salir.  Entonces te acercaste y me hiciste probar tu sal, tu arena, tu mar, tu jungla, tus espacios secretos y ese hendido que tienes detrás de tu oreja derecha, entre el lóbulo y tus cabellos.  Me entregaste una pasión que lo cubría todo, me cubría en todo, lo cegaba todo.

Bajé hacia los dedos de tus pies para luego subir por tus mulos verdes, tu sendero inescrutable como un ocho, perdiéndome a diestra y siniestra como si tus caminos llevaran donde quisiera y donde no podía ir, crucé jamaos chiquitos, puentes escondidos, lagunas inmensas y naranjales sin fin hasta llegar hacia esa figura esbelta, fuerte y frondosa   

Tus vueltas, tus curvas, tus arrullos de palmas y de guayabos entumecen mis sentidos como si estuviera montado en el más alto de tus mogotes.  Desde allí, mirando al norte, me pierdo en el infinito de tu larga y azulada cabellera, desenvuelta sobre el tamiz de tu arena como si fuera el Sahara haciéndole el amor a la Vía Láctea.

No me arrepiento de haber recorrido tus senderos ocultos y visibles, de haberme perdido en tus escondrijos y cuevas, de haberte escuchado reír y pedir más de lo que te vine a dar.  No hay suspiro suficientemente profundo que no haya escuchado, ni sonrisa tristemente ahogada que no se haya repetido en mi cuello mientras te sacudes de tus ansias incontrolables.  

Verte desde mi espalda, tus ojos cerrados como si fueras la cueva de Ali Babá, me revela que soy el ladrón perfecto de tus placeres, de tus frutos, de tus brisas, de tus senderos secretos y de tus aguas incansables.  Tus manantiales son insondables y salen de cada uno de tus recovecos, de tus axilas, tobillos, nalgas, cuello, brazos, labios, nariz y de otros espacios que aún me faltan por ver y descubrir.

No hay amante más pura, sincera, límpida, espontánea, veraz y efusiva que tú, la que me abre sus brazos sin contar segundos, ni horas, ni días, ni semanas, ni meses, ni años.  Cada día te ofreces, bajo el sol o bajo la lluvia, con calor o con frío, para que yo pueda mirarte y descansar mis brazos y mis pies, mi cuello y mis piernas, sobre la esbelta figura de tus arrabales, tus barrios, tus proximidades y tus colinas.  

Eres mi coima, mi tierna y apasionada manceba, mi verso y mi canto, mi suspiro y mi queja; nunca te vas y nunca te apartas, te acercas y te subes como columpio inagotable, el primer lugar y el último donde deseo estar después de estar contigo.

Eres eso y más, Terrenas, eso y mucho más.

sábado, 13 de marzo de 2021

Poema del Uno y el Cero

 


Uno y Cero

Poema de césar brandon


Uno no quería contar con nadie

y Uno no entendía porque era impar

si antes de él había alguien

Uno no quería contar con nadie

y uno sentía que después de él estaba el infinito

y a Uno ese epíteto le daba miedo

así que Uno muerto de pavor se fijó en Cero

y cuando Uno vio a Cero pensó que Cero era el número más bonito que había visto

y que aun viniendo antes que él era entero

pensó que en Cero había encontrado el amor verdadero

en Cero había encontrado a su par

así que decidió ser sincero con Cero

y decirle que aunque era un Cero a la izquierda

sería el Cero que daría valor y sentido a su vida

eso de ser el primero ya no le iba

así que le dio a Cero la gran bienvenida

juntos eran pura alegría y se completaban

Uno tenía cero tolerancia al alcohol

pero con Cero se podía tomar una cerveza cero por su aniversario

que para eso tenía que inventarse una fecha cero en el calendario

pero era algo cerrado y le costaba representar textos

pero junto a Uno hacían el perfecto código binario

y eran los dígitos del barrio

y procesaban el amor a diario

pero Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde

así que Uno perdió a Cero

y para cuando Uno se dio cuenta

Cero ya contaba de la mano con Menos Uno

que a pesar de ser algo negativo la trataba como a una reina

a Cero le gustaba que Menos Uno fuera original

tener un hueco en Menos Uno

un guión con el que podían jugar

a Cero le gustaba que menos uno no fuera uno más

que Menos Uno no fuese ordinal

que fuese justamente competitivo

y que cuando jugasen al uno

Menos Uno no le dejase ganar

Cero sentía que a diferencia de Uno

Menos Uno le trataba como a un número de verdad

y Menos Uno no ponía peros ni pretendía darle valor a Cero

poniendo comas entre ellos

Menos Uno no tenía complejos

y cuando hacían el amor

a Menos Uno le encantaba estar bajo Cero

y Uno una vez más volvió a quedarse solo

separado como una unidad

sin Cero su vida se consumía como una vela

sin Cero el tiempo en él hacía mella

y Uno empezó a contar

pero sin Cero

se olvidó de los pesos de Cero

del sexo con Cero

de los celos de Cero

y empezó a contar pero sin Cero

Uno se olvidó de Cero y le dijo adiós

Uno se olvidó de Cero y tal vez del amor

y empezó a contar hacia lo que más miedo le daba

hasta el infinito o tal vez solo hasta Dos.

jueves, 25 de febrero de 2021

Punto y Coma

 


PUNTO Y COMA

José Bourget


Escribo porque es más fácil que despegar los pétalos de tu piel,

Cada letra un recuerdo de lo que fue

Y cada acento un beso escondido detrás de tus orejas.


Si cada palabra conoce tu melodía entonces hay sinfonías en mis narices

Porque confieso que el olor de ti, tu esencia,

Permanece sembrada en mi ser. 


Estxs frxsws no tw puwdwn wscondwr

Y xunquw lxs comxs mw swpxrxn dw tus brxzos

Sw, Profundamente sw,

Quw no hxy signos dw intwrrogxción wn tus xnhwlos.


Se me escapa el punto final; pero, para qué mentirte, 

olvidé las reglas, mi ortografía es pésima y mi sintaxis peor,

Sólo soy bueno cuando me dices al oído, con o sin acento, 

que soy todo lo que deseas ser.

jueves, 17 de diciembre de 2020

Quinteto Terrenero: Secretos Intimos

 



El amor y el desamor nos encuentran en todos los espacios y en todos los tiempos.  

En “Tu Bella”, Marcos recibe una carta como ninguna otra, una misiva que le abre un universo desconocido e inesperado, las interioridades de una chica como tantas otras, prisioneras de una existencia irreemplazable, injusta pero angustiosamente real.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/tu-bella.html?m=1.

Luis tuvo una experiencia única y se la cuenta a su major amigo, Franco, sentados ante la playa al atardecer.  ¿Fue amor o no?  Esa es la pregunta y al compartir sus diálogos interiores aprenden cosas que quizás no sabían de sí mismos ni del amor.  O quizás aún no saben nada verdadero de la tal Elena, la que nunca le pudo dar a Luis lo que quería.  Léelo en https://misegundapersona.blogspot.com/2020/12/las-palabras-nunca-dichas.html.

Rossy tiene una sonrisa envidiable y una actitud ante la vida que Dios se la bendiga.  Desde joven descubre los beneficios de sus gracias físicas envidiables y decide hacerse el favor a sí misma de disfrutarlo al máximo.  En ella descubrimos las preguntas que nos hacemos cada vez que nos encontramos con una Rossy.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/rosssy.html?m=1.

Chana por fin descubre su belleza, la que por tanto tiempo yacía oculta en insultos y desmanes.  Ya nadie la puede engañar, sabe quién es y descubre la naturaleza del verdadero amor, el amor propio.  Es algo de lo que todos nosotros podemos aprender.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/renacer.html?m=1.

No fue amor, sino conveniencia, pero Yaribel se enfrenta ahora con la decisión más grande de su vida y no hay recuerdos de placer loco que la ayuden a ocultar la triste realidad que es ahora la decisión que debe tomar.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/yaribel.html?m=1.


Palabras Nunca Dichas

 



Rene Magritte, "Amantes"

“Yo sé que nunca fue amor”, me dijo Luis con esa profunda y dolorosa convicción que sólo el mucho pensar provoca.  Sus ojos se veían claros, una sonrisa a medio acabar se cruzaba entre labios y ojos, pero no era una sonrisa de felicidad sino una sonrisa de conformidad, de paciencia y, quién sabe, hasta de rencor.  Obviamente había pensado mucho y ampliamente sobre lo que me compartía mientras nos tomábamos una fría en la playa.

“Pero pasaste mucho tiempo con ella según entiendo”, le dije yo, no tan seguro de si debía ahondar en sus sentimientos a flor de piel.  “¿Cómo es que ahora piensas que no te quería?”, le pregunté sin saber a penas por donde encauzar una conversación que ya me daba mucho pesar.  No sé si lo que veía en los ojos de Luis era dolor, pero ciertamente no era felicidad.  Me incomodaba verlo con esa vista larga plasmada sobre el mar y de cara a la leve explosión  de las olas sobre la arena.

Los hombres generalmente no confesamos nuestros sentimientos, ni de satisfacción ni de pesar, escondemos muy bien nuestras inseguridades y torpezas.  Es mejor así porque hemos sido criados para aguantar todo, sufrirlo todo, burlarlo todo y dejar ver que nada nos impacta ni nos afecta.  Los hombres llevamos sobre nuestros ojos la maldición del engaño propio, a diario nos decimos que nada nos afecta, aunque nos destroce a pedazos.  Y cuando se trata de amor, el peso del engaño propio es mucho mayor.

Luis pausó para mirarme y luego descansó su vista sobre sus manos, colocadas abiertas sobre la mesa como un perrito coloca las patas esperando que su dueño le dé una caricia.

“¿Sabes cómo lo sé?”, me pregunta ávidamente.  Y entonces me relata lo que sin duda alguna fue el resultado de una exploración interna profunda, como si estuviera escarbando la tierra y evitando cortar en dos a los gusanitos.  Su relato es digno de un libro de texto de un sicólogo:

 

“Después de varias veces de estar con ella me di cuenta de sopetón que faltaba algo.  Ese algo lo seguí sintiendo en otras ocasiones en que estuvimos juntos.  Tú sabes, Franco, he tenido muchas experiencias con mujeres, con novias, con amantes, con encuentros pasajeros.  Hasta de mi esposa podía decir lo mismo.  Cada una de ellas y casi sin excepción me decían, me susurraban, me suspiraban, me secreteaban, me confesaban, me compartían, me regalaban en gestos y palabras lo que ellas sentían estando conmigo.  Pero no cualquier palabra, sino algo muy personal, muy íntimo.  Sus confesiones reflejaban el toque íntimo no sólo del placer sino del encuentro.  A veces era algo sobre mi piel, cómo les encantaba mi color, mi tono, mi mezcla.  Me decía que les encantaba mi cuello, las curvas entre hombro y cabello, no se cansaban de besarlas.  Otras veces hablaban de mis ojos, que se perdían totalmente al mirarlos.  Que se engranojaban al disfrutar del encaje novedoso de mis cejas, de mis largas pestañas, de mis ojos.  Otras no cesaban de tocar mi nariz de arriba abajo, algunas acariciaban mis labios, corriendo sus dedos de izquierda a derecha hasta hacerme reir por las cosquillas que provocaban.  Otras levantaban mis brazos para oler mis axilas, para hacer correr sus dedos desde mis muñecas hasta mi cintura.  Otras enredaban sus dedos en el pelo de mi pecho.  Y otras no podían aguantar tomar mis orejas en sus labios o lamer mis ojos con su lengua húmeda y apasionada.  Siempre me preguntaba sobre lo que sentían, siempre me sentía profundamente agradecido—aunque de manera inconsciente—por la valoración de sus palabras, de su labios, de sus manos, de sus miradas y, más que nada, por ese repetido suspiro que uno escucha cuando sabe que la amante ha descubierto la fuente de su satisfacción y de su placer.”

Bueno, yo no sabía si ese relato se trataba de un cuento erótico o de una fantasía de las mil y una noches.  Pero yo, absorto escuchando el relato, también me daba cuenta de que Luis posaba sus ojos sobre esa distancia eterna entre un recuerdo y otro y que muy dentro de sí había entendido lo que no estuvo presente en esa relación con Elena.

 

“Nunca me dijo nada de ese tipo de cosas, Franco, nunca.  Esas palabras nunca las dijo.  En sus ojos nunca vi esa comunión de su corazón con mi cuerpo. Parecía como si yo era simplemente el objeto de un momento, o quizás el interés de algo que podía darle, pero nunca sentí que ella estaba realmente allí o que me sentía a mi.  Era como estar del otro lado de un vidrio, mirando pero sin poder tocar la carne viva.  A veces me sentí usado, no sólo en mi cuerpo sino también en mi espíritu.  Mi entrega no era apreciada, mis detalles no eran vistos, vivía en otro mundo.  Esa conexión entre su corazón y el mío no existió nunca de su parte.  De parte de ella nunca hubo aprecio por mis ojos, mis labios, mis orejas, mi pecho, mi carne, mi color, mis atenciones, mis delicadezas, mis sutilidades.  Cumplíamos con la mecánica del amor de muchas formas, pero nunca sentí que lo que había vuelto locas a las demás era parte de lo que ella también sentía.  Por eso, al poco tiempo, me di cuenta de que no, de que realmente yo no era gran cosa para ella, de que era sólo un pasar de tiempo, un capricho quizás, algo diferente en su rutina de muchos otros cuerpos y de muchas otras emociones, pero nada más.”

“Luis”, le dije, “yo sé que lo has pensado mucho, pero te confieso que siento envidia por todo lo que me dices, por lo que me compartes, me parece verte en ese espacio secreto y oculto a los demás, a los momentos compartidos con Elena.  No sé si entiendo todo lo que me dices.  Compartieron mucho, Luis y estoy seguro que Elena también sentía muchas cosas contigo, de otra forma cómo podía hacerlo, Luis, por Dios”.  La verdad que no sé por qué sentía como que defendía a Elena, quizás no creía posible que mi apuesto amigo se sintiera así, quizás realmente no comprendía porque en mis adentros sabía que a mi ninguna mujer me había hablado ni expresado lo que habían dicho y hecho con Luis.

“Lo que más me satisface es que sé que todo lo que dí y compartí fue de muy adentro.  Y lo que más me disgusta es la debilidad de haber deseado un imposible.  Elena me enseñó mucho, Franco y lo más poderoso que aprendí es que no se puede dar lo que no se tiene.  Ella no sintió amor por mi, Franco, simplemente no lo tenía o no lo sabía, o no lo quería dar, o sus necesidades y hábitos eran tan fuertes que no había espacio para más.”

Ahora me parecía a mi que Luis la excusaba, o quizás la perdonaba.  Pero más que nada Luis me hizo pensar en los desaciertos del amor robado, del amor imaginado, del amor incierto, del amor equivocado, del amor a medias.  “Me atreví a dejarme enamorar”, me confiesa Luis y ahora me doy cuenta que parte de lo que Luis sentía era por la agonía intensa de haberse abandonado a un amor que no pudo controlar, que no le pertenecía y que no fue recibido como él lo deseaba.  Su amor se convirtió en un permanente desamor, como una cascada que en lugar de caer al plácido río simplemente se pierde en el aire para nunca verse, ni sentirse.

“Luis”, le dije, “es tiempo de dejar pasar las cosas, ¿no te parece?”

“Sí lo es”, me contestó, “pero me queda el sentimiento de que ese amor que sentí nunca perecerá, que seguirá conmigo en el lugar que le pertenece, con la intensidad que descubra en cada recuerdo y con el dolor de cada desencanto y de cada traición”. 

Luis y yo nos quedamos absortos por un momento.  No sé lo que pensaba él, pero yo me preguntaba cómo sería amar así, cómo sería sentirse así desengañado, cómo es que la gente se mete en situaciones tales.  Porque en lo que a mi respecta, ya no creo en nadie, me he dado tantas veces y me he abierto tantas veces al dolor que ya no me puedo abrir al amor.  No señor, para nada, para nunca y para siempre.  Sentía envidia por todos los goces y valoraciones que recibió Luis, pero hoy yo estaba ganando.  Yo, el duro, el de corazón de concreto, al que nadie ni nada lo altera, yo me siento limpio, indoloro, incoloro, insaboro porque a mi corazón no le entra ni una uva, ni una manzana, ni un melao, ni un ruiseñor.  No señor, mi corazón está duro como una piedra y Luis me acaba de enseñar que es mejor así.

viernes, 21 de octubre de 2011

Armario

Cada casa tiene un armario cargado de cosas.  Encima del armario hay cajas, paquetes, polvo y cosas pendientes.  En el estante dentro del armario hay más cajas, sábanas, toallas, unos chelitos escondidos y algunos recuerdos especiales que nos causan alegría y quizás algún que otro pesar.  Colgados del palo central tenemos vestidos, pantalones, camisas, trajes y las cosas que algún día quizás nos vuelvan a servir.

http://terrenero.blogspot.com/2011/06/armario.html

Es Tan Difícil

Hola Marcos:
Te escribo esta carta porque, francamente, a esta altura del juego ya no sé qué mas hacer. Cuando varios meses atrás me prometiste el cielo y la vida no te tomé en serio porque, ¿a quién se le ocurre ofrecer tales cosas? En tus ojitos verdi-azules noté ese tono ensoñador de los que saben muy poco de la vida, o sea, de la vida que vivimos aquí. Yo sé que conoces de la vida, después de todo no naciste ayer y, de hecho, tienes más años que yo. Pero mi vida ha sido dura, muy dura, muy pobre, muy jodida, lo que me hace una persona menos confiada, más cuidadosa y menos soñadora.

Verlo completo en http://terrenero.blogspot.com/2011/09/es-tan-dificil.html.

sábado, 9 de julio de 2011

Cuando Un Amigo Se Va, Te fuiste Facundo













Ayer Te Fuiste (a Facundo Cabral)


Ayer te fuiste sin pedirnos permiso.
Qué carajos!  Tampoco lo pidieron ellos,
los sicarios,
los que intentando hacer daño a uno
hirieron a todos nosotros.
Nosotros que aprendimos de ti los colores del dolor,
la esperanza de los sueños,
el joder de los jodones,
el joder de los jodidos,
la agonía de la vida,
todo con música y titiritando de poesías.
No te tocaba irte, ahorita no, quizás más tarde
como nos toda a todos nosotros,
a tientas, peleando, luchando, gritando y pataleando.
Tú te fuistes quizás hasta sin darte cuenta.
Nosotros, que ahora nos damos cuenta
debemos continuar la música 
y la poesía.
Tamaño encargo nos dejas, Facundo,
caramba, que ya demasiado pesada nos es la vida.
Pero en tu nombre la seguimos y junto a ti
ahora está Mercedes que hoy, en su cumpleaños, te da la bienvenida
donde quiera estés o vayas.
Nosotros nos quedamos aquí, Facundo,
pensando en ti.
Capaz que tú, en la muerte,
estarás mejor que nosotros, los que estamos en la vida.
Con toda la fuerza de la muerte y de la vida
te mando un beso y diez abrazos, de este lado del universo.
Y junto a mi hay millones más.
Prepárate, somos muchos, somos más,
los que te amamos en vida y ahora, te amamos en la desvida.

domingo, 2 de enero de 2011

Unicornio

Sigue siendo una de mis canciones favoritas.  "Unicornio", de Silvio Rodriguez.

Pesebre



Para Annette

Acurrucado en el pesebre de mis sueños
pensé en las mil cosas que haría si estuvieras aquí,
buscar la aguja en el pajar de tu placer,
hacerte cosquillas en el escondite de tus senos,
rondear el suave telar de tu cuello con mis dedos,
aprisionar la punta de tu lengua con mis labios,
correr mis codos por tus piernas,
cerrar tus ojos con mis besos,
alzar mis brazos junto a los tuyos,
bajar a la sima de tu interior
escalar la cima de tu amor,
rondear las curvas de tu espalda,
esconderme en los gemidos de tu boca,
plantar mis besos en tu bosque,
sofocar tu fuego con mis ojos,
hacer mil nubes con tus lágrimas,
secar el diluvio con tus cabellos,
esculpir tus caderas con mis manos,
perderme profundamente en tu locura
y despertar finalmente en tus brazos.

sábado, 1 de enero de 2011

Palabras


Adónde fueron las palabras que fugazmente reposé sobre el papel
de tu piel
se fueron con el trazo perfumado de la mariposa que esta mañana
compartió nuestro lar
o quizás no tuvieron tiempo de secarse
y se esfumaron
como los recuerdos de cosas que dijiste
y ya no son.
Se escondieron quizás debajo de la almohada
que escuchó tus gemidos
bastaron ojos prendidos en el éxtasis de ese amor
para descubrirlos
soñando, jugando, riendo, llorando; en fin,
palabras que no se las lleva el viento
sino que vuelven una y otra vez
que se prenden y se apagan
como el trino que escuché esta misma mañana
desde muy dentro hacia muy afuera
las palabras que tus dedos encribieron
en mi piel
y esas sí que no se pueden esconder.

Olas


No es tan difícil sentirse pequeño
basta acercarse al horizonte eterno del mar
caminar el sendero que se borra con cada ola
abrazar el viento que viene y que se va
constantemente.
Es igualmente fácil perderse en un pensamiento
el returno de sueños diurnos
fantasmas de ilusiones nocturnas
que queman surcos de emociones
entre nuestros dedos.
Lo mismo dá si vienen o van
si se acercan o se alejan
cada una lleva un toque de piel
se nos va un poco de sudor, de calor
en su retorno al mar.
Hay vida mientras las olas continúen
su vaivén inclemente de sol a sol
de luna en luna
de mar en mar
de piel en piel.

jueves, 30 de diciembre de 2010

El Toque

Cuando la sombra de tu sonrisa dobló por la esquina dejó tras de sí una estela de corazones ansiosos.  Seguiste caminando como si no pasara nada, pero los que miramos tu espalda comprendimos que tu sombra era la viva imagen del sol, lo iluminaba todo, lo brillaba todo, lo ardía todo.  Yo, el más pequeño de los que se embrujaron en tu abrazo, ardía más fuerte que el sol.

Lo que más me gusta de tu cuerpo es el sexo
Lo que más me gusta de tu sexo es la boca
Lo que más me gusta de tu boca es la lengua
Lo que más me gusta de tu lengua, es la palabra.
Julio Cortázar (argentino)
Te seguí sin conocer mis pasos, caminaba como si el suelo fuera nube, corrí como si el espacio fuera agua, respiré como si el aire fuera canela y miel.  Apenas unos pasos y me perdí en el embrujo de tu cadencia, el movimiento absurdo de algo tan bello que no debería estar sobre la tierra, de algo tan deseable que no hay fruto que se le compare, de algo tan contundente que no hay fuerzas suficientes para soportarlo.
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.  
Mario Benedetti, “A tientas” (uruguayo)
Miraba sin ver, el ocaso de una ceguera creciente, dándome cuenta que el resplandor de mis deseos por ti era más fuerte que mi visión de la realidad.  Ciego de amor el mundo deja de ser lo que es, todo cambia, todo se transforma, todo se altera, lo que es deja de ser y lo que uno sueña desaparece para siempre.  Lo que queda es un sentimiento de limpieza total, todo se ha ido, sólo quedas tú y tu cadencia.  Qué mundo éste, uno lo creía real para darnos cuenta que sin ti nada existe.

No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Pablo Neruda, Soneto XVII (chileno)

No puedo seguirte más, debo parar mis pasos, cambiar rumbo, mirar en otra dirección, respirar otros aires, escuchar otras voces, sentir otros sueños, buscar otras cadencias.  Si no lo hago sería partir sin querer irme, morir sin desear cielo, vivir buscando vida.  Aunque sólo te veo de espaldas el enjambre de embrujos que rodea tu cuerpo es suficiente para enloquecer a todos los que te ven y te rodean.  Muchos caemoss en las trampas que se abren ante nuestros pies, se nos derrumban las ilusiones, nos sepultan los deseos imposibles, todo un mundo de imágines y esperanzas erupta hacia el fondo de la tierra.

No me importa si lo  hiciste ayer o siempre
Si al tomar del cáliz de este vértigo de besos
Llenaste tus labios con mi sangre, o quizás de miel,
Rebosante como caldera a punto de explotar.
Lo que quiero es saber la mentira detrás de la verdad
Si en verdad amas lo que hago
Cada vez que abres tus ojos para mirarme
Y me encuentras mirándote esa curva perfecta
 Detrás de tus orejas
Donde el lazo fatal de tus cabellos
Se esconde ante el toque de mis dedos
Como el pincel que esculpe una imagen eterna
Donde el perfume de tu piel derrama un elixir
De pánico sensual cuando beso tus lóbulos.
No me importa si lo hiciste ayer o antes de ayer
Cuando tiemblas así el tiempo no importa
Sólo basta sentirte, callada
O gritando, pero sentirte.
José Bourget, "Toque" (terrenero)

jueves, 23 de diciembre de 2010

Deseo


Si lees esto sabrás que pienso en ti
Que te deseo
La lujuria prohibida de poseerte
Cientos de besos que nunca serán
Miles de kilómetros entre tú y yo
Una vida de por medio
Espacios que nunca se juntarán
Pero pienso en ti
Y te deseo

Respirando



Me atreví a decirlo todo
Exhalando lo dije
Como el soplido del agua del té
Ansias de saborear el amargo de las hojas
Como el salado de tus hojas
Abiertas de par en par
Como se abren las nubes al paso del sol
O como se abre la playa para recibir al mar

Detrás de la Oreja




No me importa si lo  hiciste ayer o siempre
Si al tomar del cáliz de este vértigo de besos
Llenaste tus labios con mi sangre
O quizás de miel
Rebosante como caldera a punto de explotar.
Lo que quiero es saber la mentira detrás de la verdad
Si en verdad amas lo que hago
Cada vez que abres tus ojos para mirarme
Y me encuentras mirándote esa curva perfecta
Detrás de tus orejas
Donde el lazo fatal de tus cabellos
Se esconde ante el toque de mis dedos
Como el pincel que esculpe una imagen eterna
Donde el perfume de tu piel derrama un elixir
De pánico sensual cuando beso tus lóbulos.

No me importa si lo hiciste ayer o antes de ayer
Cuando tiemblas así el tiempo no importa
Sólo basta sentirte, callada
O gritando,
Pero sentirte.

La Palabra





Lo que más me gusta de tu cuerpo es el sexo
Lo que más me gusta de tu sexo es la boca
Lo que más me gusta de tu boca es la lengua
Lo que más me gusta de tu lengua, es la palabra.

Julio Cortázar (Argentino)

lunes, 28 de septiembre de 2009

Atrévete

"A buen entendedor pocas palabras bastan."

Sólo Silvio

Tomados prestados de mi amigo Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Requiem

Disfruté tanto tanto cada parte
y gocé tanto tanto cada todo
que me duele algo menos cuando partes
porque aquí te me quedas de algún modo.

Ojalá nunca sepas cuanto amaba
descubrirte los trillos de la entrega
y el secreto esplendor con que esperaba
tu reclamo de amor que ya no llega.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.

Si uno fuera a llorar cuando termina
no alcanzaran las lágrimas a tanto
nuestras horas de amor casi divinas
es mejor despedirlas con un canto.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.


El dulce abismo

Amada,
supón que me voy lejos
tan lejos
que olvidaré mi nombre
amada,
quizás soy otro hombre
más alto y menos viejo
que espera por si mismo
allá lejos,
allá trepando el dulce abismo

Amada,
supón que no hay remedio
remedio
es todo lo que intento
amada.
toma este pensamiento
colócalo en el centro
de todo el egoísmo
y ve que no hay
ausencia para el dulce abismo

Amada,
supón que en el olvido
la noche
me deja prisionero
amada,
habrá un lucero nuevo
que no estará vencido
de luz y de optimismo
y habrá un sinfín
latente bajo el dulce abismo

Amada,
la claridad me cerca
yo parto,
tu guardarás el huerto
amada,
regresaré despierto
otra mañana terca
de música y lirismo
regresaré
del sol que alumbra el dulce abismo

lunes, 11 de mayo de 2009

Ojos Brujos

(Pintura de Ureña Rib, ir aquí)

Imagínate reir a tu lado
en lugar de los momentos nunca compartidos
sentir el olvido pasar por las ramas de nuestras vidas ...
como el viento por el pinar oculto del pasado,
el susurro perfumado de emociones infantiles
pero puras
y
sublimes
dolidas y gozadas
sabiendo no recibir nada
excepto la sonrisa de ojos brujos
que sabían como negarme
del sueño profundo

lunes, 1 de septiembre de 2008

Mi Primer E-Book, "Soliloquios"

Obténgalo en Lulu.Com, directamente a http://www.lulu.com/content/3880651

Extractos:

1 Desnudez

En este espacio inverosímil de tiempo que llamamos vida se nos atraviesan momentos de espera a los cuales nadie puede atajar. Son como relámpagos en noche clara de lucha llena. Son extraños, imposibles, inquietantes y, sobretodo, indiferentes. El momento de espera puede ser fugaz. O eternamente presente…o ausente.
Cuando nos llega el tiempo nos contemplamos como somos: desnudos.
Y una vez descubrimos cuán desnudos estamos hacemos lo mismo que Eva: nos cubrimos.
La lucha de una vida entera se convierte en el mero afán de protegernos de nuestra propia desnudez. ………
Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget Tactuk

3 Breve Espacio

A todos nos llega un breve espacio en la vida en que nos llenamos de un aire de existencia incomparable. Para algunos ese breve espacio nos llega al encontrarnos con Dios, sea cual sea su definición, varón o hembra, espacio o fuerza, color o sentimientos. Para otros ese breve espacio se convierte en el recuerdo de un momento sublime, algo inesperado, totalmente deseado e impredeciblemente eterno, como un beso anticipado, un abrazo empedernido, una sonrisa apacible sobre un colchón sudoroso a quienes las sábanas abrazan como el cielo estrellado a fin de mayo.
……Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget Tactuk

5 Jessica

Jessica, en su última noche con nosotros, me recordó esos momentos vividos y olvidados, pero ciertamente los que dejaron huellas que nos hacen pensar y reflexionar acerca de lo que hacemos o no hacemos. Se me ocurre, si sabía que se estaba muriendo ¿Qué hubiera hecho? Es que ella no se veía tan mal, justo el día anterior la vacunamos. Pero ella no habló, no dijo nada, sólo me miró como si sabía que era la última vez que compartíamos un momento.
……Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget Tactuk

7 Lavando en el Río

Tal como esa experiencia, hay muchas realidades en la vida que nos llegan en un gotero, recibiéndolas gota a gota, para que no nos haga mucho daño. Las grandes sentimientos se suelen "parir," y casi siempre vienen acompañados de dolores de parto; de la misma manera, una vez paridos producen mucha felicidad, porque vemos el comienzo de una nueva vida interior, un nuevo sentir, un nuevo respeto y una mejor comprensión.
……Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget Tactuk

9 Tikkum Olam

Es imposible metérsele por dentro al político corrupto e incapaz, el que con la capacidad total de sus sentidos escoge no actuar o actuar mal ante las responsabilidades que pesan sobre sus hombros. Lo mismo se puede decir del abusador, del violador, del ladrón y de todo personaje que explota en nosotros las más absurdas emociones. ¿Qué hacer? Reparar, reparar, reparar, mejorar las cosas en la mejor manera que podamos.
……Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget

16 Educacion

Una parte esencial de la formación pedagógica del educador tiene que ver con el crecimiento y desarrollo personal y profesional, ya que un educador que cierra sus libros al graduarse y que no busca arribar a más altas cumbres está condenado a repetir numerosas veces su primer año de labor docente. Esto quiere decir que muchos en lugar de 15 años de experiencia lo que tienen es un año de experiencia repetidos 15 veces.
La ausencia de desarrollo personal y profesional en el educador se reflejará tanto en el aula (el currículo formal) como fuera del aula (el currículo informal).
……Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget

Partida
Te fuiste sin decirme adiós.
Sólo me diste un beso.
De pasada.
Como queriendo pellizcarme el alma.
Y me dejaste marcado
Con el furtivo abrazo de tu mirada,
De tu figura,
De tus recuerdos,
De tu amor.

……Extraído de: Soliloquios, ©2008, José R. Bourget

viernes, 29 de agosto de 2008

Versos en la Distancia

Escape
Nunca entendió mi alma.
Ni la suya.
No fue capaz.
Se negó a sí misma la belleza de su alma.
Y tuve que escapar
Para salvar la mía.

Enmarcando el Alma
Con la esperanza de un recuerdo
Y la alegría de un socorro
Acudo a la presencia de tu voz
Para escuchar el cálido susurro
De tu corazón en el mío..

Desasosiego
Háblame
En la pasión de un sueño fortuito
Con las ansias de un deseo escondido
Con las ganas de un alma sedienta
Con la fortaleza de una verdad
Con la razón de una mentira
Con el espíritu de un corazón
A punto de estallar
Entre conflictos, locuras y angustias.

Bésame
En la distancia de un encuentro de fantasía
Con el alma entre nuestros labios
Con el suspiro de un momento eterno
Con el último aliento sin sosiego
De un abrazo feroz, entre pecho y pecho
Entre cuerpo y cuerpo,
Lleno de amor, de pasión, de lujuria.

Tócame
Con los dedos espantados
Por el calor de una sangre que hierve
En tus venas cansadas
Y que busca en mi piel
La razón para amar otra vez
Para intentar otra vez
Para soñar otra vez
Para querer otra vez.

Acércate
Para darte lo que anhelas
Para entregarme a ti
En mis besos
En mi abrazo
En mi amor
Moviéndome dentro de ti
Con mi alma desnuda
Con un cuerpo hambriento del tuyo
Con mis manos debajo de tu piel
Haciéndote mujer
Haciéndome hermoso
Porque tú eres bella
Mujer.

Mil Sueños

Quisiera tocarte con las manos del ama,
Alcanzarte en un abrazo del corazón,
Llorar de alegría en tus brazos de amor
Y compartir mil sueños entre suspiros y besos
Entre cantos y sonatas,
Entre caminos de flores y de ilusiones.

No Sé
No sé por qué, ni como,
Y quizás no necesita saber
Dónde, ni cuándo;
Pero me tocaste,
Y llegaste muy dentro.

No te andaba buscando,
Pero te encontré;
Y quizás mi corazón
Que tanto anhela amor
E intimidad,
Te vió y se cegó
Con tu belleza de mujer
En cuerpo y alma.

Fue difícil no desearte
Y fue tan dulce besarte,
Robando tus besos ya brazos
En la soledad de la noche,
Entre rocas y arrecifes
Con la bruma del mar
Entre nuestros pies;
Con el cielo de testigo
Y la luna con su amparo
De luz plateada
Y su sonrisa de placer.

Fuiste una doncella misteriosa
Que me hizo feliz
Por breves momentos.
Y cuando te tuve en mis brazos
Escuché el susurro de tu voz,
Las ansias de tu cuerpo
Y la locura de tus besos.

No me andabas buscando
Pero me encontraste.
Estabas lejana pero te toqué.
Y ahora somos cautivos
De un encuentro
Que ninguno de los dos
Pudo evitar.

Tantas experiencias nos unen
Y tantas necesidades nos atan.
Qué bueno sería estar libres
Para soñar despiertos,
Para besarnos,
Para amarnos,
Para contar las estrellas
De nuevo junto al mar,
Con la bruma y la espuma
Entre nuestros pies.

Recuerdos de Mi
Te acordaste de mi cuando viste al extraño;
Un rostro desconocido en medio de muchos otros;
Un encuentro sin significado que nunca tuvo lugar;
Ni pasión, ni besos o abrazos;
Fue sólo un extraño.

Te acordaste de mi porque me tenías ausente.
Sin recuerdos de mis besos, de mis manos,
De mmis abrazos, de mis palabras y versos;
De mi dolor, de mi angustia,
De la agonía de tenerte sin tenerte,
De mis lágrimas y quejidos,
Del susurro de mi voz en tus oídos,
O del toque de mis labios en tus labios.
No hubo recuerdos, sólo ausencia y vacío.

Qué extraño que un extraño te acordara de mi.

Partida
Te fuiste sin decirme adiós.
Sólo me diste un beso.
De pasada.
Como queriendo pellizcarme el alma.
Y me dejaste marcado
Con el furtivo abrazo de tu mirada,
De tu figura,
De tus recuerdos,
De tu amor.

Calor
Me resulta difícil creer
Que tanto de ti se convirtiera en parte de mi
Al tocarnos;
Al besarnos;
Al hablarnos;
Al mirarnos el uno al otro.

Sentí tu clamor por mi amor,
Por mi comprensión,
Por mi paciencia y,
Sí,
Por mi pasión.
Sentí también tu lucha
Y la fuerza de conflictos que te rompen
Los bordes de tu ser.

Privilegiado soy de ser el que toca tu pelo,
Acaricia tus mejillas,
Besa tu cuello,
Rodea tu lengua,
Embriaga tu ser.

Tus labios me supieron tan dulces
Y fueron tan cálidos,
Cuánto desearía poder besarlos aquí,
Otra vez.

Quebranto
Me razga el alma pensar en ellos
En la ausencia de sus abrazos
Risas
Juegos
En el recuerdo de su compañía
Y en la bendición
De su presencia.
Me duele su ausencia
Y añoro sus miradas
Sus toques
Sus palabras
Los momentos de llantos
Y de alegría
Y el tierno idilio
De rostros angelicales
Y de almas despejadas
De pesares.

Ceguera
Abrí mis ojos a los misterios del amor
Y quedé ciego ante tu presencia.
Tu toque me curó y llenaste mi alma con nueva luz.
Viniste para crear esperanzas,
Castigando mis búsquedas incomprensibles
Y a bendecirme con tu amor.

Me Siento Así
Lo que siento por ti es como la ola del mar,
Incansablemente buscando su playa,
Brotando eternamente de la profundidad,
Escalando hacia el cielo para respirar y empezar otra vez,
Cautiva del horizonte sin esperanzas de un final
Porque no tiene límite,
No hay comienzo,
Estoy así de perdido en tu amor.

Lo que siento por ti es el ancla del buque
Agotado por su peso, cautivo de eslabones insolentes,
Hundiéndose irremediablemente
Hambriento del fondo del mar
Para allí descansar
Pero sólo para descubrir que no hay ni fondo
ni final.
Estoy así, sin fondo, en tu amor.

Lo que siento por ti es la hoja en el árbol,
Rehusando morir cuando el otoño la clama,
Peleando contra el viento que la arranca,
Resistiendo al árbol mismo que la empuja hacia el fin,
Ansiando simplemente la primavera eterna
Para nunca dejar de ser hoja,
Para nunca perder sus colores,
Para nunca decir adiós a su vida de hoja,
Entre millones de otras hojas.
Así de persistente es mi amor.

Lo que siento por ti es el azul del cielo,
Que viste de ensueños la montaña,
Rodeando en su sueño al pico más alto,
A las águilas encumbradas,
Al rayo de sol transparente,
Al silencio sideral del infinito,
Rodeando de pasión al sol
Capturando en su aliento al calor de sus rayos.
Así de tonto es mi amor.

Envidia
Tu rostro dulce, sereno;
Tus ovos vivos, profundos;
Tu pelo de oro, encendido;
Tu tez radiante, coqueta;
Eres tú.

Envidio al sol que besa tu rostro,
Al viento que nunca cesa de inquietar tus lágrimas,
A los dedos que arreglan tu pelo,
A la ropa que aprisiona tus encantos,
Al abrazo de sueños que compartes con tu almohada.

Nostalgia
Tengo nostalgia de ti, de tus palabras escritas y habladas, del olvidado sabor de tus besos y del también olvidado latir de tu pecho que nunca he podido abrazar como quisiera.
Tengo nostalgia de tu amor de mujer, de tus ñoñerías y caprichos, de tus verdades y mentiras, y del bendito perfume de tu cuello que nunca he podido oler excepto cuando me pierdo soñando despierto y soñando que estoy soñando.
Tengo nostalgia de escuchar tu voz que a veces asemeja a la de una niña y que otras veces asemeja a una mujer tan necesitada de amor como la persona más desdichada de esta tierra.
Tengo nostalgia de nuestros cortos momentos juntos cuando podía abrazar tus hombros y tocar tus manos, cuando jugaba a darte besos y tú a no quererlos.
Tengo nostalgia de nuestros momentos de soledad, de mirarnos el uno al otro y de contemplarte como queriendo comerte.

jueves, 3 de enero de 2008

La Fuente Interior

Hay un lugar dentro de nosotros el cual es la fuente de nuestras mayores reflexiones y de nuestros aprendizajes más profundos. Ese lugar es como un manantial, una fuente, el punto de inicio desde el cual obtenemos sabiduría y aprendemos de los misterios de la vida. Ese lugar no es un órgano, ni un hueso, ni un músculo. Por el contrario, es ese espacio invisible donde los pensamientos, las experiencias y los conocimientos convergen y crean conexiones significativas dentro del ser y fuera del mismo.

El desafío más grande para cualquier ser humano es encontrar ese espacio interior.
Es probable que las palabras ayuden a describir su capacidad plena pero nunca en su totalidad. Ciertas actividades ayudan a revelar lo que ha ocurrido adentro, pero a veces el mucho hacer y el mucho decir se convierten en humo que oculta lo que realmente podría estar ocurriendo en lo más profundo del ser. Inclusive, es posible conocer a mucha gente y hasta llevarse bien con todo el mundo, pero aún dentro del mar de muchedumbres que nos pueda rodear podríamos permanecer a solas como islas en un mar de caras sin rostros.

Alcanzar hasta el santuario de nuestro ser interior es muy difícil. A veces es hasta peligroso. Muchas personas que lo han logrado revelan que al llegar a lo más profundo de su ser experimentaron profundas transformaciones interiores.

Tales transformaciones son posibles solamente a través de la reflexión profunda. La reflexión es el acto de generar poderosas expresiones del ser como un mapa de posiciones internas que no pueden ser vistas con el ojo común. Reflexionar implica levantar un baluarte a favor de una manera de ser comunitaria, comunal, compartida y solidaria; es lo mismo que ser, hacer, ver, conocer y responder como si todas las personas que nos rodean formaran parte de nuestra comunidad de aprendizaje común. O sea, no sólo aprendemos lo que aprendemos sino que lo aprendemos en comunidad. A través de la reflexión es entonces posible adquirir el conocimiento que nos permite descubrir y entender lo que ocurre a nuestro alrededor, mientras que aclaramos las razones detrás de dilemas y problemas que nos aquejan a nosotros mismos o a los demás.

La reflexión ayuda a la persona a navegar entre dos fuerzas opuestas: lo que otros esperan de la persona y lo que la persona espera de sí misma. Es humanamente natural entrar en conflicto entre lo que creemos que es lo que se debe hacer y lo que otros desean que se haga. Lo que otros desean que se haga está generalmente escrito en las regulaciones o reglamentos y hasta en la manera informal en que grupos, partidos y organizaciones manifiestan sus preferencias. Pero lo interno de lo humano es difícilmente realizable a través de regulaciones o mandatos. Es posible cumplir con las regulaciones mientras se pierde de vista lo verdadero humano, lo verdaderamente íntegro, lo verdaderamente noble y lo verdaderamente elegante.

La reflexión es lo que permite descubrir el puente que nos lleva al lugar donde lo material y lo superficial pueden enriquecerse al entrar en contacto con lo noble y con lo espiritual.

Sin ese puente simplemente estaríamos corriendo de un lugar a otro, sabiendo que en base a nuestra experiencia y a la de otros lo superficial será mucho más facil y que muy pronto haremos residencia entre las veletas (que van por donde el viento sople) y los mediocres (que ni saben hacia dónde van ni van para ningún lado).

La reflexión comienza con escuchar. Escuchar profundamente. Pausadamente...
Escuchar más allá de las palabras. Escuchar hasta sin las palabras. Para reflexionar es necesario trascender, entrar dentro del terreno del otro, aún cuando el hacerlo pueda representar peligro personal. De hecho, es ese tipo de trascendencia la que ayuda a crear comunidad porque el movernos por encima de nuestras barreras personales y de nuestras concepciones internas es lo que nos ayuda a acercarnos más a los demás. El yo, al abandonar su círculo de protección, se adentra en el círculo del otro y de repente descubre nuevos mundos y nuevas experiencias. El resultado son las nuevas percepciones de la realidad. El regresar al yo personal se hace de una manera enriquecida, fortalecida, más noble y más honesta.

La acción transformadora es el resultado de haber trascendido hacia dentro del yo de los demás. El líder transformador ha aprendido que limitado a su ego y a su visión personal de las cosas su labor es empobrecedora, altanera y limitada. El líder común, el líder altanero, el líder soberbio no ha aprendido a beber del vino nuevo, sino que cubre su viejo vino con una cubierta nueva. Pensamos que beberíamos de un nuevo vino al ver la cubierta nueva, pero descubrimos que no hay nada nuevo dentro de la vejiga. Lo que crea al vino nuevo es la visión transformadora de las personas y de las cosas. Al abandonar al ego, el líder se transforma a una gestión de comunidad. No se puede hacer vino con una sola uva. El viñedo completo es responsable por el vino nuevo. El trabajo en comunidad crea al vino nuevo y al vino nuevo se le pone en cueros nuevos.

La elegancia es la característica del líder transformador para revestir sus acciones con la dulzura, la sencillez, la virtud, la simpleza y la dexteridad necesarias para que se haga lo que mejor se puede, con las mejores personas, beneficiando a la mayor cantidad de personas posibles, utilizando la menor cantidad de recursos, en el menor tiempo posible, con los mayores y más efectivos resultados alcanzables.

Y, por sobre todas las cosas la acción transformadora, la que guía al líder transformador, es la más pura y poderosa expresión de servicio al prójimo; es la más sensata vocación al bien; es el regalo más espléndido que se le puede dar a una organización, a una comunidad, a un pueblo o a una nación. Todo eso se logra al encontrarse ese espacio interior desde donde surgen, por medio de la reflexión, las más poderosas expresiones de bien, de paz, de misericordia, de honestidad, de sinceridad y de servicio.

viernes, 12 de octubre de 2007

Trozos


"La felicidad no es la ausencia de dolor, sino la presencia de gozo."
Atribuído a Epícuro.
Huecos
Quizás me pediste una locura
o me la exigí a mi mismo,
como un otoño forzado en primavera,
robando tiempo y sueños,
forzando cuentos y mentiras
pero con peso.
Sólo que me robaste todo,
aliento y fuerza,
como el sopetón de un rayo
que deja un hueco firme en el cielo,
y no llenaste lo que dejaste,
sino con palabras y promesas
difíciles de recordar y de cumplir.
Como lo ves, ya se fueron,
entremetidas en nubes y soles,
aires y mares,
estrellas sin fin
de otro firmamento.

Tardes Verdes
Por qué, si ya te ibas, me dijiste adios,
como para abusar de mis recuerdos;
de qué sirvió la mirada y las palabras y las promesas,
como si te las hubiera pedido para sentirme mejor;
quizás fue para algo en ti, que no quisiste decir o compartir,
como un regalo tan grande y valioso
que ninguno de los dos supo qué hacer
con lo que resultó ser;
fue como un sueño de sorpresa
en esas tardes verdes de verano.

Quince
No me acuerdo de los últimos quince minutos que pasé sin pensar en ti.
Regresas a mi mente con la tortura de cada cuarto de hora,
persistente,
como el goteo sobre techo de metal,
sonoro, hueco, monofónico, sin cesar.
Te vas y regresas cada cuarto de hora,
como olas de mar,
a veces me traes contigo como sin voluntad.
Mis recuerdos de ti son como la brisa que atravieza al flamboyán,
cada quince minutos y cada cuarto de hora.

Preguntas
Me pregunto qué ves cuando cierras tus ojos,
qué sueños diurnos se convierten en realidades nocturnas,
a menos que te hayas quedado sin memoria de mis besos
y de lo áspero en mis dedos y palma,
y sin recuerdos de lo que me hice sentir por ti.
Me pregunto si sonries cuando piensas en mi,
si sonries cuando sueñas sobre mi.
Y si lo haces, ¿qué ves?
Quizás no ves nada, no sueñas nada,
convertido como lo estoy en un fastasma de un pasado
que ambos nos preguntamos si de verdad existió,
de un futuro que nunca será,
de un presente que no es.
Entre estando y no estar,
entre siendo y no ser,
me escapo o un mundo de fantasia,
como un sol en plena noche,
figuras de nubes forzosamente destrozadas por el sol.
Así me cuelgas, entre sueño y realidad,
entre tocar y no sentir,
como sello de fuego entre labios hambrientos de un aliento tan vivo y tan feroz que no hay lluvia que lo apague.
Y cuando sueño de nuevos besos plasmados sobre tu piel…
me pregunto…

Si
Si me ves pensando es porque estoy pensando en ti
y si me ves sonrojado o cansado
es porque te he besado tantas veces
que ya no soy yo si no mis besos en ti.

Pétalos Añejos
Basta un momento de silencio
Para saber que entre tú y yo existe más
que día y noche, luz y sombra, paz y guerra.
Si me escuchas en ese silencio
es porque mi aliento de vida se ha quedado rezagado
ante el esfuerzo incalculable de suspirar dos cosas:
“te quiero lejos,” “te siento cerca,”
Nos vemos como frasco de flores marchitas
en el aposento de los recuerdos.
Esperamos la misericordia del que viene a tomar nuestros pétalos añejos
para fertilizar la tierra.
Un pétalo serás tú, el otro yo,
y al podrirnos juntos ya no serás ni tú, ni yo,
sino los dos.
Y al florecer de nuevo ya no seremos lo que éramos
sino lo que siempre deseamos ser:
color, perfume, sabor, pasión y deseo.
[Poema anterior inspirado en otro de Nazim Hikmet. Ver algunas de sus obras en español en http://amediavoz.com/hikmet.htm]

Niños
Quiero ser niño para aprender a amar sin rencor, sin caprichos y sin dolor. Quiero correr entre flores y mariposas, como retumbe de campana en la montaña, sin obstáculos ni frenos, sólo el placer de crecer, de sentir, de vivir, de reir y de añorar.

Tránsito
Párteme esta pena para que se abra mi alma en dos,
un lado para ti y el otro para este amor.
Si contemplo fuego y sol es porque te vi en la luz,
si mojo mi mano en aceite y sal es porque me diste tu sazón,
si vienes y vas es porque sabes andar con mis manos y mis pies.
Al subirte sobre mi esperanza me entregaste el lago de tus adentros.
Por ahí transito, el hálito de un sueño posado aún sobre los contornos de mis besos.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Espacio entre dos

Llegas como un sueño temprano, la estación del día cuando la fantasía es mejor que la realidad y el letargo de besos olvidados sabe a café con melao.

Cuando hablas me haces pensar en esas tardes en la loma cuando el viento sobre la ciénaga carece de mosquitos, pero pica igual en la piel como cuando tus besos se agarran de mi cuello, mis oídos y mis hombros. ¡Cómo te gusta morder el lóbulo de mis orejas, como a mazorcas de maíz con miel, el ruido de tus labios aumentando a manera en que desaparecen las semillas entre tus dientes!

Lo que más me quema es el subir y bajar ardiente de tus pechos sobre el mío, como ron añejo un día de playa y sol, el pico de sus formas construyendo canales de placer sobre mi piel, burbujeando espesamente como sangre vertida en el mar. ¡Ay! Si tan sólo pudiera capturar el momento así, como niebla en pleno sol, pero sé que ni el agua ni el viento se prestan a ser esclavos de nada ni de nadie y es por eso que aunque quemes y aunque arrebates placer y dolor todavía te escapas de mi piel, satisfecha sí, ansiosa aún más, siempre pidiendo más, siempre buscando más, siempre deseando más. ¿De dónde diablos eres fiera feroz, el gato salvaje que se ve de noche y escapa de día, pero igual está ahí, acechando siempre, rugiendo constantemente, oculta, silente, dirigiéndose pausada pero certeramente a su destino: mis brazos, mis besos, mi amor.

Al mismo tiempo me emborracha tenerte así, tu pelo sobre sábana azul cielo, una finca de seda y algodón cubierta por esa sonrisa pesquisa que sólo tú puedes entregar, como la niña malcriada que sabe ha hecho lo malo y sabe también que hace reir. Me gusta ver tu mano abierta colgada del aire como escapándose de la cama, como si el espacio no alcanza para la inmensidad de tu anatomía, formas y curvas que llenan forma y pensamiento y que son imposibles de limitar, como imposible es querer subir al cocotero con pies de capitalino. Para subir hay que saber bajar, pero cuando me haces subir, cuando sí puedo, me dejas allá arriba, en pleno éxtasis del cual es suicidio bajar, no sin antes preparar la caída, tener tus brazos para sostenerme, para tocarme, para decirme que está bién y que hay más en el mismo lugar donde encontré todo lo otro que me diste, que me das, que me darás.
Una hora, un día, una semana no es suficiente para este espacio entre los dos, se agotan los minutos entre besos, tu piel encallada en la mía, las trenzas de tu cabello amarrada entre mis dedos como ancla en mar bravo, una prisión que ni olas ni cambios de marea me pueden hacer soltar, porque es más fuerte la prisión de tus besos que el mar afuera o el mar adentro. Total, el mar sólo es agua y tú, tú también eres agua y viento y sol y nubes y luna y, también, playa solaz bajo luz de luna, frondas acostadas al mar abrigando con su canto el susurro de tu amor de arena, sal y piel.

Si alguna vez me he querido separar de este espacio entre los dos ha sido para soñar aún más, para creerme duende y héroe capaz de hacer mucho menos y mucho más, no sólo de verdad sino también de mentiras, que lo mismo da que sea cierto como que no lo sea, contigo no hay límites, ni piedad, ni verdad, ni mentira, sólo la presencia de tus ojos en los míos, un túnel directo al otro lado de la realidad infinita donde todo se puede y donde todo se abandona. ¿Te das cuenta cómo pasan las horas sin que se sientan, sin que las manecillas pesen en la gravedad del tiempo, sin que el día comience o acabe, porque tocarte es no tener fechas por donde andar ni por donde aferrarse a la vida?

¿Por qué me castigas así? ¿Por qué eres tan bella, tan dulce, tan besable, tan acariciable, tan comible, tan deseable? Dime si es algo que haces o algo que comes, si es algo en el aire o en el agua, quizás lo heredaste, quizás lo robaste por ahí o te lo dieron. Me parece que el alelí, no, el jazmín te regaló ese suspiro de piel que se me mete entre la nariz embriagando cuerpo y alma para luego azotarme entre piso y pared. No importa que me lo trague como un prófugo a la libertad, o que arda en mis labios como agua en desierto, o que me lo eche encima como cascadas de chocolate sobre la piel, el hecho es que hueles a placer, a amor loco de primavera, el que se disfruta en luna llena bajo cielo y sobre el mar. Jazmín, sí, pero también azucenas, y hasta miel de cayenas que no importando cuán escondida esté sólo basta abrir sus pétalos, rozar los dedos y se abrirá a ti en toda su espléndida sabrosura.

Cuando pienso en ello se hace agua mi boca, así de loco es pensar en ti, tu llegada impredecible pero certera, como el amanecer en un día de tormenta, trayendo nubes y viento, sol quizás, lluvia de seguro, frío un poco, pero sobre todo esa melancolía por el sol, por el calor, por la libertad de echar al fuego carne, sangre y cuerpos, perdidos en una pasión sin palabras pero con gritos, en susurros y llantos, en suspiros y en canciones. Me llegas como poesía en bruto, para tocarte y pulirte hasta que las palabras no duelan decirse y las fantasías no se oculten sobre la sábana azul cielo.

Este espacio entre dos. ¿Te ves ahí como te veo yo? Es tan fácil verte así, sólo basta abrir los ojos al horizonte y allí estarás tú. Llegas como un sueño temprano, la estación del día cuando la fantasía es mejor que la realidad y el letargo de besos olvidados sabe a café con leche.